Según el delegado responsable del caso, la policía está a la espera del exámen forense para determinar las causas de su muerte.
La Policía Civil investiga si hay alguna implicación en la muerte del policía militar Clédio Vilela Cardoso, de 53 años, quien, tras su muerte, fue devorado por perros en una finca de Pirenópolis, en la periferia del Distrito Federal.
El domingo 21, un grupo de amigos que lo extrañaban en las misas de la iglesia, se acercaron a su vivienda y fueron sorprendidos al encontrar que sus restos yacían en el suelo fuera de la casa junto a una mesa y una silla.
Según el jefe de policía Tibério Martins, la policía inicialmente creyó que Clédio estaba enfermo, ya que no había sangre aparente, ni signos de violencia en el lugar.
Sin embargo, ahora están a la espera de los resultados del exámen forense para determinar si hubo algún acto intencional por parte de algún delincuente que le arrebatara la vida.
“Los tejidos del cuerpo ya no se pueden analizar, pero la policía todavía puede comprobar los huesos para ver si hay algún traumatismo, fractura o signos de violencia. Si hay evidencia de que hubo actuación de terceros, la policía investigará para determinar detalladamente este hecho”, dijo el investigador.
Martins también dijo, que se entrevistará a los familiares para saber si Clédio padeció alguna enfermedad que pudiera haberle provocado la muerte.
Clédio ingresó en la Policía Militar (PM) en 2000 y, actualmente estaba en reserva. Vivía solo en una finca en la zona rural de Pirenópolis y fue visto por última vez por un vecino el 8 de abril.
Según Martins, el militar retirado perdió a su hijo en 2019 y estaba de luto. Sus amigos dicen que su salud mental no era muy buena.
La policía informó que Clédio crió seis perros en la granja y que los mismos llevaban dos semanas sin comer. “Probablemente los perros se comieron el cuerpo por hambre”, dijo.