El crimen organizado ya no se limita a las calles, sino que se ha trasladado al mundo digital, infiltrándose en redes sociales, aplicaciones de citas y plataformas como Whatsapp.
En América Latina, los criminales están expandiendo su alcance aprovechando las nuevas tecnologías accesibles y fáciles de utilizar.
Las víctimas de fraudes provienen de diversos sectores demográficos, siendo especialmente vulnerables aquellos en busca de amor, empleo, personas de la tercera edad y individuos con limitada alfabetización digital.
A continuación, se detallan seis formas en que los criminales están utilizando la inteligencia artificial para intensificar sus ataques:
1. Captación y adoctrinamiento de menores:
Mediante algoritmos, los delincuentes identifican y reclutan jóvenes para unirse a organizaciones criminales, atrayéndolos con promesas falsas a través de videos manipulados.
2. Mejora de rutas para actividades ilícitas:
La IA aplicada a servicios de navegación como Waze o Google Maps permite a los criminales optimizar sus rutas para el tráfico de sustancias ilegales y personas, aprovechando datos para evitar controles policiales.
3. Manipulación social a gran escala:
Herramientas de IA facilitan la extracción rápida de información personal de redes sociales, permitiendo comunicaciones personalizadas y convincentes de manera automatizada.
4. Mercado de herramientas delictivas:
Los ciberdelincuentes ofrecen servicios y herramientas para cometer delitos, reduciendo costos y habilidades necesarias para estafar en línea.
5. Falsificaciones digitales y suplantación de identidad:
Mediante deepfakes, los delincuentes pueden crear contenido falso para extorsionar, defraudar o manipular, aprovechando la IA para generar mensajes engañosos.
La inteligencia artificial se ha convertido en una herramienta poderosa para perpetrar actividades criminales, desafiando la seguridad digital y la integridad de las personas en la era tecnológica.