En 2017, Panikovsky, un hombre italiano de 53 años, decidió aprovecharse del sistema y vivir a expensas del Estado. Su plan era hacerse pasar por ciego para evadir impuestos y obtener beneficios sociales que no le correspondían.
Actuando con determinación, Panikovsky se presentó como ciego ante los funcionarios estatales. Con tal habilidad que logró recibir una pensión de invalidez y prestaciones por incapacidad, todo sin problemas.
Este astuto italiano engañó a las autoridades locales durante 7 años, recibiendo pagos regularmente en su cuenta bancaria, hasta que una denuncia anónima alertó a la policía financiera, cuestionando su situación: “¿Por qué le dan apoyo? Miren cómo se mueve en bicicleta”.
Investigando el caso, la policía observó a Panikovsky en cámaras de seguridad y notó que, para ser ciego, se movía con excesiva facilidad y confianza, incluso en bicicleta.
Con las pruebas en mano, la policía destapó la brillante estafa. La fiscalía de Ascoli-Piceno calculó en 100.000 euros el daño causado al fisco durante esos siete años. Su cuenta bancaria fue confiscada y fue acusado de fraude agravado.